Los expertos del Instituto para la IA Centrada en el Ser Humano de Stanford prevén un cambio drástico para la inteligencia artificial en 2026, y pronostican que ese año marcará un giro desde el entusiasmo creativo hacia una evaluación sobria. Esta nueva era someterá a los sistemas a rigurosas pruebas de precisión, riesgo y valor. Los informáticos anticipan un aumento de la soberanía de la IA, con naciones que construirán sus propios modelos y centros de datos. También prevén que las nuevas interfaces irán más allá de los chatbots actuales. Mientras tanto, los juristas esperan que los parámetros de referencia específicos de cada ámbito hagan responsable a la IA, y los líderes del sector sanitario predicen que los hospitales exigirán marcos estrictos de retorno de la inversión para las nuevas herramientas.