La inversión global en centros de datos alcanzó los 61 000 millones de dólares estadounidenses en 2025, impulsada por el aumento de las cargas de trabajo de inteligencia artificial que exigen una computación densa, chips avanzados y una energía fiable. El total abarca fusiones, adquisiciones y gastos en nuevas construcciones y actualizaciones en los principales mercados, lo que supone el año más fuerte del sector hasta la fecha. Los hiperescaladores, entre los que se encuentran Microsoft, Amazon y Google, impulsan la expansión al tiempo que recurren a los mercados de bonos y al capital privado, alejándose de la financiación exclusivamente en efectivo. Más de 100 operaciones muestran una amplia participación. McKinsey prevé que el gasto en centros de datos relacionados con la IA podría alcanzar los 7 billones de dólares en 2030. Virginia y Texas lideran en Estados Unidos, mientras que Europa y algunas partes de Asia atraen capital para servicios de baja latencia. Las restricciones energéticas se ciernen sobre el sector, lo que impulsa estrategias de red, contratos a largo plazo y generación in situ. Los promotores apuestan por las energías renovables, la nuclear y la refrigeración avanzada, en medio de las preocupaciones por el retorno de la inversión y la comunidad.